Fuente: ALEXANDR DUBOVITSKIY (GETTY) |
España asoma la cabeza del agujero de la crisis con el cuerpo empobrecido y el cinturón apretado, sin que en su horizonte inmediato aparezca ese modelo productivo basado en el conocimiento que debe engancharnos a un futuro de bienestar. Nuestro país mejora su baja competitividad con la vieja fórmula del "hacer más con menos"- reducir plantillas, bajar salarios,trabajar más-,pero no hay porvenir seguro en esa carrera, salgo que se pretenda competir con indios y chinos al precio de un euro por hora de trabajo.
La sustitución de una economía sustentada en los bajos costes por otra cimentada en el conocimiento ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. Tener información de calidad sobre los entornos competitivos y poder disponer de ella antes que los rivales es una ventaja económica de primer orden.
"La competitividad de la economía de un país desarrollado depende de la gestión del conocimiento entendido tanto como el fomento y protección de la tecnologá y la I+D nacional, como de la transformación de la información en inteligencia". Lo ha dicho el director del CNI (Centro Nacional de Inteligencia), Féliz Sanz Roldán, en encuentros reservados con empresarios y lo sostienen a coro muchos analistas-
Si eso es así, España tiene que sumar a sus retos pendientes el de incorporar la Inteligencia Económica (IE) a la dirección de sus empresas. No es un secreto que, al igual que el resto de los Servicios de los países desarrollados, y en algunos de los no desarrollados, el CNI tiene en su seno una unidad dedicada a proteger y a suministrar información relevante a las empresas españolas de los sectores estratégicos. Hace tiempo que el principal desafía de los países es el económico y que la influencia se mide por el potencial empresarial, más que por la capacidad militar,política, religiosa o cultural. La Directiva de Defensa de 2012 apuntó la crisis económica como la primera amenaza a la seguridad de España.
Con retraso respecto a otros países europeos, la Inteligencia Económica (IE) y sus versiones privadas: la Inteligencia Empresarial, Competitiva o Corporativa, han venido a sumarse a las palabras clave del momento español: reindustralización, internalización, salto tecnológico, economía digital... La IE es la disciplina académica de moda, aunque en ocasiones se confunda con el marketing y su definición pueda resultar farragosa y vaga. "Es el esfuerzo coordinado de obtención, tratamiento y difusión de información útil para los operadores económicos, esfuerzo que incluye la protección de información sensible para las compañías interesadas", indica la Comisión Europea. Asegurar el acceso a los recursos básicos; facilitar la penetración de las empresas nacionales en los mercados extranjeros y la llegada de nuevos inversores; proteger la marca país y la prima de riesga, neutralizar las maniobras especulativas financieras y las operaciones hostiles o de espionaje industrial son algunos de las misiones de la IE pública.
Los asaltos cibernéticos, el espionaje entre estados que se disputan contratos para sus empresas, los ataques a la reputación de las marcas y a la privacidad corporativa o personal aumentan sin cesar, al tiempo que se multiplican los artificios y programas tecnológicos dirigidos a interceptar las comunicaciones o a penetrar en los sistemas informáticos para saquear los archivos. Si usted recibe una tarjeta postal electrónica de un rival comercial, lo normal es que deba agradecerle
ese noble gesto entre competidores, pero, por si acaso, asegúrese de que no contiene un Lover Spy, programa que se duplica en el sistema a través de un dispositivo oculto para registrar las acciones que se realizan en el ordenador a partir del primer clic y enviarlas posteriormente al remitente.
"Gestionar de manera eficaz la información sobre el entorno competitivo en las empresas es crucial para sobrevivir en estos mercados, cambiantes y globales. Si las empresas no crean y consolidan sus ventajas competitivas están condenadas a la bancarrota", sentencia Sonia Gogova Nitchiporenko, ingeniera industrial y directora de Inteligencia Competitiva en Telefónica desde 1997 a 2006. Cursos superiores, postgrados y másteres en IE brotan en las universidades públicas y privadas al tiempo que antiguos agentes del CNI abren empresas de asesoramientos y cientos de alumnos aspiran a convertirse en analistas de inteligencia económica. Y, sin embargo, no puede decirse que la eclosión del interés venga acompañada de sustanciales avances en la utilización de materia."Hay poco mercado fuera de las grandes compañías. Las PYMES solo acuden a nosotros en situaciones extremas y por cuestiones de seguridad más que otra cosa. A las PYMES la IE les sigue sonando a música celestial",señala un antiguo agente.
La brecha del retraso español persiste y está por ver si no se agrandará en el futuro, pese a las iniciativas para estructurar la IE pública que el Gobierno adoptó con la Estrategia de Seguridad Nacional cuando nuestra prima de riesgo superaba los 600 puntos y cundía la sospecha de que la escalada estaba dirigida por elementos interesados en que la UE interviniera a España. El 21 de mayo de 2013, el presidente Rajoy anunció la creación del Sistema de Inteligencia Económica (SIE) dedicado a "analizar y facilitar la información económica, financiera y empresarial estratégica relevante, oportuna y útil para apoyar la acción del stado y una mejor toma de decisiones". Un año largo después, el SIE sigue sin ser desarrollado. Sus funciones teóricas recaen ahora en el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), que dirige Alfonso de Senillosa, y que actúa como Secretaría del Consejo Nacional de Seguridad (DSN), órgano de representación institucional encargado de conjurar todo tipo de riesgos y amenazas. El Consejo se reúne cada dos eses y su presidencia, rotatoria anualmente, recae actualmente en el CNI.
Además del Departamente de Seguridad Nacional, la Vicepresidencia del Gobierno cuenta para el mismo cometido de la IE con las aportaciones de la Oficina Económica de la Presidencia y con las de la Comisión Delegada de los Asuntos de Inteligencia, donde se integra el CNI. La dirección, el control de la coordinación de los esfuerzos que se realizan en las embajadas y sus agregadurías comerciales, el ICEX (España Exportación e Inversiones), el Banco de España, las Cámaras de Comercio, la embajada en la UE y el CNI, descansan en última instancia en la Vicepresidencia.
No puede decirse que la fórmula finalmente adoptada haya disipado las inquietudes de quienes claman por una IE pública eficaz. "Parece un totum revolutum. La IE debe ser un gran radar puesto al servicio de una estrategia de país, que es lo que falla aquí porque desde arriba no iluminan esta cuestión", afirma José Luis De la Fuente O'Conors, profesor de Vigilancia Estratégica e Inteligencia Tecnológica y asesor de Iberdrola."Participo de la sensación de desencanto. Todo hace indicar que la burocracia, los protagonismos y las disputas por el control, han echado por tierra el SIE", señala, a su vez, Fernando Esteve Mora, profesor de Economía de la Autónoma de Madrid. "Habría que nombrar un responsable y asegurar la participación de las empresas", abunda Juan Antonio González Bule, presidente del Consejo Asesor de Grupo S21.
Fuente: elpaís.com
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